Ahora, sí.
Ahora, ya, tal vez,
sea capaz de entender aquella frustración en tu mirada.
Aquel lamento apagado,
glauco,
ante el paradigma que se desvanecía.
Esa composición unilateral,
quebrada en ausencia de equilibrio.
La propuesta irresistible
que no resiste una sola propulsión.
El desierto.
Esfuerzo baldío.
El desierto.
Convalecencia.
El desierto.
Secuelas en el sistema límbico.
La plenitud como único anhelo.
El dolor sordo,
latente,
ciclotímico…
que deriva en fría serenidad,
como el intenso gris de aquellos ojos.
Ahora, sí.
Ahora, ya, observo
esa mirada tuya,
sobre un estanque oscuro,
con óvalos absortos,
en los que no me reconozco.
Fotografía: Catalina Jean.